Quantcast
Channel: Cicloturista de profesión » Artaburu
Viewing all articles
Browse latest Browse all 3

Escalada al Pico de las Nieves

0
0

Foto: Iñaki Lopetegi

No os voy a engañar, sin duda lo que más me motivaba de estas vacaciones era este día. Hoy la vuelta hace un alto y la competición toma protagonismo con un reto sin duda espectacular. Muchos participantes, menos preparados optan por el descanso o por realizar la ascensión en plan turístico, pero otros, entre los que me incluyo, tenemos esta ascensión entre ceja y ceja desde hace mucho tiempo. La altimetría aprendida de memoria, cálculos de vatios los días previos para estimar el tiempo que podría hacer. Si hace unos meses, en mi escapada asturiana, me preguntaba como sería subir el Angliru  a ritmo de competición, creo que no voy a tardar en descubrirlo.

La prueba comienza a las 10 en la localidad de Agüimes, a unos 30 kms de Maspalomas. Decidimos ir hasta allí en bici rodando suave, para ir calentando, por la misma carretera por donde se iniciaba la ruta de ayer. A la salida de Vecindario el calentamiento se nos va un poco de las manos ya que hasta Agüimes hay un pequeño puertecito, incluso con cartel de puerto “alto de las Crucitas”.

Llegamos holgados de tiempo, lo suficiente para avituallarnos, hidratarse bien y mentalizarse para lo que nos espera. Nada menos que 23 km de ascensión con una zona intermedia sencillamente inhumana. Un puerto que podría ser la leche en una Vuelta a España, como así parece pensar el director de la misma Javier Guillen que se ha vestido de corto y junto a Pablo Bueno sufrirá en sus carnes la ascensión.

Se da la salida, con una temperatura sencillamente perfecta para esto de la bici y yo con mi motivación por las nubes. Los primeros kilómetros son neutralizados hasta la vecina localidad de Ingenio, a la salida de la cual nos paran para reagrupar y ya si dar la salida oficial a la prueba.

3, 2, 1…..allá vamos desde el inicio a fuego. Se sale a ritmo carrera de open y yo para variar tardo en coger ritmo. Se va un grupo de unas 20 unidades por delante y yo me quedo en un segundo grupo buscando mi ritmo. En un par de kilómetros lo encuentro y me pongo a tensar fuerte. Delante  la cosa se ha descojonado y al fondo veo un pequeño grupo donde me llama la atención un maillot rosa Kapelmur de Luis. Venga, me autoanimo, sin prisa pero sin pausa. Esta primera parte son unos 6 km en torno al 6-7%, pero un viento de costado y un poco frontal muy machacón. Aquí se me aparece la virgen en forma de armario alemán que se pone a tirar como un loco del grupo que se tensa hasta que se rompe la goma y me voy yo solo tras él, con muy buenas sensaciones. Me gusta como pinta la subida, voy en ese punto de sufrir que mola, donde vas saboreando el saborcillo a sangre en la boca. Me hace todo el trabajo sucio, la verdad que una vez intento darle un relevo y lleva un ritmo tan bruto que me tengo que volver al rebufo, mientras vamos recortando al grupito de Luis. Mientras voy pensando en el petardazo que va a pegar el alemán este, mientras veo unas cifras de potencia que me van asustando, pero vamos, hoy vengo a darlo todo.

Así va apareciendo, en una zona de falso llano, el pueblo de Pasadilla –aunque alguno tras esta prueba ya le ha cambiado la a por e– pequeño giro a la derecha, la carretera se estrecha y ¡zass, en toda la boca! Así sin anestesia. Un 23 % que te revienta las piernas. Pongo el 27 que le he robado a Alvar e intento llevar  un pedaleo ágil, de pie bailando en la bici. El alemán como era de esperar pega una explosión tremenda yo me encuentro bien y supero esta rampa con facilidad, aunque tras ella, vienen 3 km constantes, donde el clinómetro apenas baja del 15%. Sensaciones de Angliru, de Artaburu, de Bola del Mundo o de Mortirolo, infernal y la diferencia es que hoy el ritmo es de competición. En el Polar no veo menos de 300w, ¡que salvajada!

Foto: Iñaki Lopetegi

Voy recortando poco a poco terreno a Luis, me mentalizo en no cebarme, en ir a mi ritmo. Me voy clavando muchísimo con el desarrollo que llevo. Un par de dientes más no me vendrían mal, por lo menos para subir con un poquito de agilidad ¿os acordáis del 32 de Cobo en la Vuelta? El problema no es ahora sino que vas acumulando un daño muscular que luego en la parte de arriba puede pasar factura, pero no queda otra que seguir hacia arriba dando todo, por lo menos la patata responde. Un par de kilómetros me cuesta echar mano a Luis que va junto a la primera chica, contemporizando mucho con su piñón de 30 dientes. Me dice que aguante ahí, que no me cebe que vamos muy bien, que hay que guardar para darlo todo en la parte de arriba. Hago caso al maestro, aunque en los rampones más duros que aún quedan, con mi desarrollo me  tengo que ir un poquito por delante  porque no puedo subir tan despacio. Ahora la subida es menos mantenida lo que casi es peor porque se convierte en una sucesión de “descansos” al 10-11% y rampas en torno al 20%. Yo voy con las piernas a punto de explotar recurriendo a las técnicas de Samu para alejar los malos pensamientos.

Así llegamos al pueblo de Cazadores, un último rampón descomunal, giro a la izquierda y salimos a una carretera más ancha y sobre todo de menor pendiente. La parte infernal ha acabado. Han sido casi 6 km que nada tienen que envidiar al Angliru, solo una pequeña diferencia….aun quedan 11 km de nada hasta arriba y no precisamente blandos, por si solos serían todo un primera.

Al salir a esta carretera Luis cambia el chip y se pone a tensar como un animal. Sufro detrás de él, pero se que me tengo que enganchar ahí como sea, es garantía de un buen tiempo. La chica se queda cortada, total le lleva sobrada ventaja a la segunda. Nosotros al poco alcanzamos a Joseba que salió antes junto con su colega y sin ánimos competitivos. Nos dice que llevamos a un grupito de unos 5 o 6 a nada, un acicate para redoblar el esfuerzo y les echamos mano. Inmediatamente pasamos a cabeza del grupo y la gente nos deja hacer, salvo un tío, super fino, con sus añitos, pero con  una planta de ciclista tremenda, que en cuanto la carretera se endurece, se pone a tirar como un atentico animal, metiéndonos cuneta y buscando hacer daño. Yo me sueldo a su rueda mientras Luis deja hacer, pasando a tirar cuando la cosa suaviza y el hombre este levanta el pie. Voy bien de sensaciones, pero los kilómetros duros me han dejado muy machacado muscularmente y con el ritmo que llevamos el sufrimiento comienza a tomar tintes épicos. Unos repechos más donde nuestro nuevo compañero nos vuelve a tensar y donde perdemos alguna unidad del grupo y llegamos a la Caldera de los Marteles, un par de kilómetros de falso llano incluso con una pequeña bajadida. Luis va tirando y en un momento dado se gira y me dice que ataque, pero me da miedo,  voy reventado muscularmente, sin embargo a la salida de la Caldera, hay una bajada con un par de curvas cabronas y un rampón al otro lado y me animo a irme. Aun quedan 6 para meta, menuda locura. Afronto la rampa del otro lado y me encuentro de morros con un 15 % que duele en el alma. Aprieto con todo al límite del dolor. Detrás veo como nuestro acompañante ha salido a por mi y Luis detrás sin cebarse. Me alcanza, pero sigo estirando fuerte para irnos, aunque pronto veo que que no tengo chicha. Nos reagrupamos y en el siguiente rampón es el colega este quien cambia de ritmo, le veo y me sueldo a rueda, nos vamos los dos solos con Luis un poco por detrás y lo que quedaba del grupo descojonado. Tensa y tensa, pero le he cogido bien la rueda y aguanto. Aquí es donde cometo el error. Me faltaron huevos.  Voy pensando que en cuando afloje un poco el ritmo lo voy a rematar, pero cuando afloja dudo, pienso un poco más, un poco más…..pero al final me da miedo porque voy muy vacío, con lo que hay nuevo parón y entra  Luis por detrás, me giro, le hago una señal y según llega mete un estacazo memorable al que responde nuestro acompañante y ya no tengo más, solo me queda ver como se van. Sin embargo no me puedo relajar ya que detrás vienen dos muy cerca que me obligan a exprimirme aun a tope en los 2 kms que quedan, cruce a la izquierda y eso ya me lo conozco del lunes y mis perseguidores cada vez más cerca, pero el final me lo conozco, meto plato y aprieto con lo poco que me queda para cruzar la meta exultante. Marco lap y lo que veo me llena de satisfacción: 1h28, ¡si!

Foto: Iñaki Lopetegi

Hay poca gente arriba, hemos tenido que hacer buen puesto. Ernesto me cuenta que por delante fue salvaje el tema. Atacó un austriaco que nadie conocía desde abajo y ni Dani Plaza ni un chaval del Lizarte que también corría pudieron con él que de paso batió el record de la prueba.Después de subirlo que decir. Es durísimo. No tan inhumano como Angliru o Mortirolo, pero es que estos dos no tienen el kilometraje del Pico de las Nieves. Sin duda de lo más exigente que he subido y hacerlo con estas sensaciones, aun en diciembre simplemente me deja completamente lleno y satisfecho.

Rematamos esta fantástica jornada bajando en bici por donde lo hicimos el lunes y parando a comer en Fataga, que nos hemos ganado una Ropa Vieja, un plato típico de por aquí.

PD: Por cierto….no veáis que cara se nos quedó cuando vimos en las clasificaciones que el hombre este con quien nos fuimos pegando tenía nada menos que ¡67 tacos!


Viewing all articles
Browse latest Browse all 3

Latest Images

Trending Articles





Latest Images